


Es un teatro cortesano y un teatro popular que cubre las dos últimas décadas del s. XVI y casi toda la primera mitad del siglo XVII. Se desarrolló durante los reinados de Isabel I, Jacobo I, y Carlos I. Empezó a representarse en escenarios improvisados como patios de las posadas. Se edificaron locales en las proximidades de Londres, destacando The Swan (el cisne) de forma circular y The Globe (el globo) de forma hexagonal. El público era popular, y reclamaban diversión y emoción.

Las características de este teatro eran: transgresión de las unidades tiempo, lugar y acción; mezcla de géneros (las acciones dramáticas se alivian con la aparición cómica del clown); mezcla de personajes nobles y plebeyos; mezcla de verso y prosa; creación de piezas de tema histórico (generan interés por el pasado de su país).
William Shakespeare
Es el máximo representante del teatro isabelino. En 1592 empezó a formar parte de la compañía teatral Lord Chamberlain. Se dedicó al drama histórico y la comedia, tomando como punto de partido obras de otras épocas. Tras el cambio de siglo, su obra abandona el tono cómico, y se adentra en terrenos más sombríos creando sus tragedias: Romeo y Julieta (en la etapa anterior), Hamlet, Otelo, El rey Lear y MacBeth.
Características de su teatro: estilo rico (desde la expresión más coloquial a la más culta, por lo que provoca emoción en el espectador); eleva a sus protagonistas a la categoría de personajes universales al encarnar pasiones como el amor, celos envidia; incluye al personaje cómico (clown o bufón) cuyas intervenciones, sin perder el tono irónico producen un humor más amargo que burlesco y refuerza la tensión dramática.


Sus comedias: los personajes son un reflejo de la sociedad, son criaturas de carne y hueso individualizadas. Sin ser aleccionadas, deducen los peligros de las actitudes nocivas, y se resuelven felizmente. Predominan los malentendidos, las intrigas de giros inesperados, etc. Destacan: “El mercader de Venecia”, “El sueño de una noche de verano”. Aunque predomina el tono burlesco, se tiñen de gravedad y melancolía.
Sus tragedias: las más sobresalientes fueron creadas entre 1601 y 1606 y en ellas se suele combinar el verso y la prosa con un lengua desde la expresión más elevado al registro más familiar.
El rey Lear: obra moral donde luchas dos grandes fuerzas: el bien y el mal. Este conflicto se manifiesta con la oposición de conceptos como: amor y odio, fidelidad e ingratitud, etc…
Macbeth: trata la ambición y sus consecuencias. Macbeth, primo del rey Duncan, asesina al rey y comienza así una espiral de crímenes para asegurar que nadie se interpone en sus planes del reinado. Lady Macbeth es derrotada por los remordimientos y su marido es aniquilado por personas con deseos de venganza y justicia.
Hamlet: basada en una leyenda escandinava recogida en el s. XII por un cronista danés y trasladada al francés por Belleforest en el s. XVI. El tema principal es la duda que siente el joven Hamlet entre la acción (vengar la muerte de su padre a manos de su tío, que se ha casado con su madre) y la reflexión (implicaciones morales del asesinato). Otros temas como la venganza o la locura son tratados en la obra.


La obra consta de 5 actos similares. Todo el primer acto es planteamiento con apariciones del espíritu del padre de Hamlet y reclamo de venganza. En los siguientes actos se acumula tensión y los episodios dolorosos conducen a la escena final representando la destrucción total. Gran variedad de personajes, pero el protagonista es Hamlet y los sentimientos (odio, pasión, amor que experimenta. Antagonista el rey Claudio que representa la ambición y maquinación. Los demás personajes representan valores como la inocencia en Ofelia, lealtad de Horacio.